# 17 Historia de agudización. Hobal Grajeda

Hobal Grajeda

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Hola, soy Hobal Grajeda y vivo en el sur de California. Mi fascinación por los cuchillos comenzó a temprana edad, cuando iba de campamento y pesca con mi padre y mi abuelo. De niño, no me permitían tener cuchillos, pero eso cambió cuando crecí y empecé a trabajar en la construcción.
Al principio, solo usaba una navaja multiusos para trabajar, pero luego aprendí de otros compañeros las ventajas de llevar una navaja de bolsillo para el día a día. Empecé a comprar navajas baratas porque aún no había aprendido que no todos los cuchillos y aceros son iguales. Mi primer cuchillo de buena calidad fue un Benchmade Griptilian y estuve contento con solo ese durante mucho tiempo. Como era mi primer cuchillo bueno, lo llevaba a afilar porque temía dañar el filo si lo intentaba yo mismo. Con el tiempo, empecé a comprar más cuchillos y, después de tener varios, empecé a buscar sistemas de afilado. Mi primer afilador fue un bloque con varillas de cerámica en forma de "V", similar al Spyderco Sharpmaker. Ese sistema me funcionó durante unos años hasta que empecé a adentrarme en el mundo de los aceros de alta calidad. Después, me compré un sistema guiado con piedras de diamante y vi que mis filos mejoraban significativamente.
Todo iba bien en mi aventura como afilador hasta noviembre de 2008, cuando sufrí un accidente de moto que me dejó sin poder usar el brazo izquierdo y me dejó paralizado de cintura para abajo. Tras la lesión, empecé a considerar mi afición por coleccionar cuchillos y afilarlos como parte de mi terapia. Empecé a aprender a desmontarlos y a afilarlos usando solo la mano derecha. Al principio fue muy difícil, pero me gustó el reto y con el tiempo fui mejorando. Mi tiempo de afilado se convirtió en un tiempo para desconectar del mundo y concentrarme en una sola tarea. Quería llevar mis filos a otro nivel, así que empecé a buscar un sistema de afilado profesional. Consideré muchos, pero finalmente me decidí por el TSPROF Blitz 360 con piedras de diamante Venev. Se ha convertido en el mejor sistema de afilado que he usado. Me encanta porque es fácil de usar, incluso con una sola mano, y con él puedo dejar mis filos con un acabado de espejo.