#12 Historia de afilado. Mitchell Ritter

Mitchell Ritter

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¡Hola, entusiastas del filo! Me llamo Mitchell Ritter y he pasado la mayor parte de mi vida en la pequeña ciudad de Fort Bragg, California. Actualmente trabajo en una tienda de alquiler de canoas y bicicletas en Mendocino, cerca de agua salada, lo que influye en la elección de cuchillos que hago. Los cuchillos y el afilado son solo un pasatiempo para mí, pero el único que me ha interesado continuamente desde que tenía unos 14 años.

Mi tío fue quien me introdujo al mundo de los cuchillos y a su utilidad práctica. Me llevaba a almacenes donde revendían cuchillos por cubos y contenedores, confiscados por la TSA. A medida que manejaba más cuchillos, empecé a notar la diferencia entre lo que me parecía bien y lo que parecía de mala calidad. Empecé a guardar algunos que me parecían buenos y me atraían. Los usaba para tareas básicas de corte, pero no me fijaba en cuánto tiempo más cortaba uno que otro antes de que perdiera el filo, y básicamente usaba un cuchillo hasta que perdía el filo y dejaba de funcionar.

Más tarde, conocí las varillas de afilado metálicas para cuchillos de cocina, las varillas de cerámica y el afilador Spyderco Sharpmaker. Fue muy satisfactorio usar aceros básicos y darles un filo funcional, que a veces hacía que saltaran los pelos, pero aún desconocía los diferentes granos ni las ventajas o desventajas de los distintos ángulos de afilado. Me alegraba saber cómo mantener el filo, pero no me consideraba un experto en afilado.

A medida que fui creciendo y me esforcé por ahorrar, finalmente me di el lujo de comprar un cuchillo de alta gama. Era emocionante, pero no quería usarlo necesariamente de la misma manera que usaría cuchillos más económicos con aceros de gama baja. Me daba miedo desafilar aceros más duros porque creía que no podría volver a afilarlos. Me picó el gusanillo, mi bolsillo me suplicaba clemencia, pero me interesé por los cuchillos y aceros de alta gama. Los usaba para tareas ligeras, luego los mantenía y los guardaba en sus estuches para usarlos y apreciarlos más adelante.

De repente, se desató una pandemia mundial. El trabajo se detuvo, los cheques de estímulo se popularizaron y el gobierno me dio suficiente dinero para considerar un sistema de afilado de alta gama y piedras. Pregunté y varios amigos me contaron los sistemas que usaban, pero uno dijo que si empezaba ese día, consideraría los sistemas TSPROF. Investigué, me enamoré de todo lo que vi, consideré mis opciones de vida y decidí comprar un sistema TSPROF y sus accesorios.

Desde entonces, hace unos 3 años, he querido afilar absolutamente todo lo que caía en mis manos. Ya no le tenía miedo a los "super steels" ni a afilar cuchillos de tecnología media o personalizados. Con algunos consejos, recopilando videos y consejos de la comunidad, aprendí a lograr biseles impecables y uniformes en prácticamente cualquier acero. Después de afilar docenas de mis propios cuchillos, afilaba cuchillos de cocina, navajas y tijeras de amigos y familiares, y me emocionaban y motivaban los comentarios que recibía. Que un cocinero me dijera que el cuchillo que afilé para él era el más afilado que había usado en su vida me emocionó. Que mis amigos dijeran que nunca habían visto un filo de espejo me hizo querer conseguir filos de máximo rendimiento. Aquí sigo fascinado por el afilado y más interesado en los cuchillos que nunca. ¡Recomiendo a cualquiera que se una a la comunidad y conozca a gente increíble!